Avalanchas, aludes, marabuntas, oleadas… ¿Corrimientos de tierra? Sí, seguimos hablando de empleo. Una oferta de trabajo provoca un llamamiento desmedido y ante esta situación tan competitiva hay que saber destacar.
Las cartas de presentación son un buen elemento para lograr esa diferencia que te haga sobresalir de entre la multitud de aspirantes. La inmediatez de Internet las ha hecho cambiar un poco de forma, pero la intención es igual de importante.
Hay que tener una cosa muy clara, en la carta no hay que listar tus puestos anteriores (para eso está el currículum), sino que tienes que presentar tus inquietudes, valores, el interés por el puesto y animar a leer el currículum: que quieran saber más de ti.
Una estructura ganadora debería:
- Expresar, brevemente, por qué surge la iniciativa de enviar la solicitud.
- Hablar de ti y las similitudes con la empresa en cuestión. Ideas, imagen de marca, etc.
- Comentar tus capacidades, aptitudes, cualidades y logros personales.
- Por último, solicitar una entrevista personal sintetizando tu interés.
Recuerda que la brevedad y claridad te van a beneficiar. Además, ten siempre en mente que querer formar parte de una empresa no significa verlo todo color rosa no te pases con los halagos.
PD: Una carta con faltas de ortografía o concordancia… ¡Nunca!
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