jueves, 4 de marzo de 2010

El lenguaje físico


Lo que dices sin hablar...


Ciertas circunstancias, especialmente buscar trabajo, prestan una mayor atención a esos detalles involuntarios. El personal de recursos humanos de las empresas suele tener formación en la interpretación de nuestro lenguaje físico para elegir al candidato adecuado, así que tienes que sacarle partido.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la validez personal. La convicción y la seguridad son las mejores armas para proyectar la menor cantidad de signos “indeseables”, entendiendo que lo mejor es presentarse como una persona con seguridad en sí misma y capacitada para los retos del día a día.
A partir de una psique convencida para triunfar, nuestros movimientos serán naturales y poco forzados. No hay que adoptar al pie de la letra la típica lista de interpretación de gestos, aunque conviene recordar éstos consejos:
Golpear con los dedos: transmite mucho nerviosismo, inquietud.
Rascarse: representa disconformidad y dudas con lo que se escucha. Hay que resultar receptivo.
Tocarse el pelo,morderse las uñas, mirar a los lados: denota inseguridad.
Apoyar la cabeza sobre las manos: aburrimiento y falta de interés.
Colocar las manos detrás de la nuca: superioridad. Por muy convencido que estés de tu idoneidad para el puesto, esto es demasiado.
No todo lo que tu cuerpo pueda decir va en tu contra, también hay unos cuantos gestos que puedes reproducir sin temor, como por ejemplo:
Inclinar la cabeza: demuestra interés. Nos predispone a escuchar mejor.
Caminar erguido: te presenta como alguien con confianza.
Tocarse la barbilla: meditación, demuestra que piensas en las posibilidades.
Mirar a los ojos directamente: seguridad y franqueza.

Con éstos consejos y pequeños detalles nos aseguramos una mayor probabilidad de ser aceptados y lograr nuestro objetivo.

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